Me equivocaría otra vez ~Fito&Fitipaldis

Se torció el camino, tú ya sabes que no puedo volver, son cosas del destino, siempre me quiere morder. El horizonte se confunde con un negro telón. No puede ser, ¿cómo decir que se acabó la función? Ha sido divertido, me equivocaría otra vez. Quisiera haber querido lo que no he sabido querer. ¿Quieres bailar conmigo? Puede que te pise los pies. No soñaré sólo porque me he quedado dormido, no voy a despertarme porque salga el sol. Ya sé llorar una vez por cada vez que río. No se restar, tu mitad a mi corazón. Puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué. Perderse por los bares, donde se bebe sin sed. Será más divertido cuando no me toque perder. Sigo apostando al cinco y cada dos por tres, sale seis.

lunes, 31 de enero de 2011

Optimismo en estado puro.


"And I always find, yes I always find something wrong"


Beep, beep, beep. Siete y media, hora de levantarse. Hace frío en el exterior de tu cama, pero es irremediable. Sacas tímidamente un pie de entre las mantas y tocas el suelo. Está helado. Sales rápido y vas dando saltitos hasta la ropa, preparada en la silla. Huele a limpio, a perfume y suavizante. Ya estás vestida, ahora caminas hasta la ventana, abres las cortinas y la luz te atiza en los ojos. Sol, es abril, pero hace un sol típico del verano, aunque no sea correspondido por la temperatura. Sonríes un poquito al ver que el día empieza bien.
Ahora estás en el baño, te miras al espejo, te lavas la cara y los dientes. Vuelves a mirarte, no estás tan mal sin maquillar después de todo. No te maquillas.
Cocina, desayunas un café delicioso con tus galletas preferidas, tu madre se ha acordado de comprarlas y no se las ha comido todas tu hermano.
De camino a clase te cruzas con ese tío tan guapo al que todas miran, pero que nunca devuelve la mirada. Esta vez si, y no sólo eso, vaya manera de devolverte la mirada. Te ríes por dentro y miras hacia arriba, sigue sin haber nubes.
Ya son las 11:35, en clase de matemáticas te ha tocado corregir en la pizarra el único ejercicio que tenías hecho. Euforia, habías mirado nada el día anterior y aún así tienes una buena nota. La mañana se te ha pasado volando.
En el recreo te llega un mensaje al móvil con una buena noticia, aquella amiga que ya hace años que no ves se acercará a la ciudad a hacerte una visita.
Un día perfecto, ¿no?
Al mediodía no hay comida en casa, así que hay que salir a comer fuera. Un restaurante chino seguramente, pues perfecto, te encanta la comida china. Al abrir la puerta el olor a esa comida exótica de hace la boca agua.
Ya estás otra vez en casa, finalmente sí que te han llamado para ir a dar una vuelta. Y allí vas, sales con ellos, sois muchísimos, coincide que vais a esa cafetería a la que tenías tantas ganas de ir para probar el café de la casa. Hacía tiempo que no te reías tanto en una misma tarde.
Ya son las diez de la noche y vuelves a casa acompañada por tres de los restantes de la pandilla. Todo es digno de risa y chiste hasta el momento en que llegas al portal. Subes a tu casa y está todo en silencio. 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 pisos. Abres la puerta despacito, no hay nadie en casa porque la cerradura estaba pasada. Enciendes todas las luces, viva el gasto.
Te tumbas en la cama. Un día prácticamente redondo, como en aquel anuncio de los Donuts.
Pero falta algo, siempre falta algo, siempre encuentras algo que esta mal. ¿Algo o alguien? Alguien. Falta él, ahí, junto a ti, en tu cama.

"But baby I've got a plan, run away as fast as you can"




domingo, 30 de enero de 2011

Que sí, que todo el mundo tiene una canción.

Nieva.
-¿Qué estás cantando?- pregunta ella mientras se baja un poco el gorrito de lana.
-Pero que más te da, nunca has escuchado lo mismo que yo, aunque te diga el nombre debería darte igual.
Ella lo mira callada, sorprendida, seria.
-Vaya, definitivamente no sé a qué viene todo eso.
-Hace demasiado que no compartimos canciones -dice él con tono de reproche.
-Hace demasiado que no compartimos nada.
Zas, eso le ha dolido.
-Ya. - se limita a decir él.
-¿Me vas a decir qué es lo que cantabas?



-Sweet Child O' Mine.
-Esa es mi canción. La que tú me habías dedicado aquella vez. Todavía me la sé mira.. - sonríe mientras se pone de pie y simula sujetar un micrófono- She's got a smile that it seems to me, reminds me of childhood memories, when everything..
-Was as fresh as the bright blue sky. - la mira tan sólo un momento y aparta la vista.
"Increíble" piensa "Sigue igual de loca que siempre". Ella lo mira y le roba un casco para escuchar la canción, vuelve a sonreírle. Él se sobresalta y sigue pensando, "cómo coño puede seguir teniendo esa sonrisa tan preciosa". Se acerca a ella, a su oído, hasta rozarlo con la punta de la nariz. Entonces empieza a cantar.
-Now and then, when I see her face, she takes me away to that special place.. and if I stared too long, I'd probably break down and cry..
Ella se gira un poquito, hasta que su nariz da con la de él. Sonríen y él continúa.
-Sweet child of mine.. - y le da un beso en la frente.
Luego se levanta y se va, quitándole a la chica el casco de la oreja. Ella se queda allí sola, en el porche, colocándose bien su gorrito de lana, pensando "cómo puede seguir teniendo esa sonrisa tan preciosa".


The/A/La Coruña.

Vale, mi ciudad no es enorme, no tiene un centro comercial que molesta a la vista de lo grande que es, en el que te pierdes o se pierden tus hijos, como lo tendría Madrid, Barcelona, Londres o París. Mi ciudad no tiene un Starbucks, ni un estadio de fútbol precioso, ni un museo en un edificio hecho prácticamente de cristal. Mi ciudad no tiene un paseo marítimo a la última, ni buses con wi-fi, ni especial cuidado por los malditos chicles pegados en cada esquina. En mi ciudad no hay un Hard Rock Café, ni una torre enorme inclinada o una de metal diseñada por un arquitecto francés. Tiene yonkis, heavys, pijos, raperos, hippies, freakys, adultos aburridos, adultos inmaduros, adultos a secas, niños maleducados que te atropellan con su bici con marchas, señoras como las de los grupos del Facebook, chicos, chicas, gente gilipollas, personas interesantes o individuos asociales. En mi ciudad falta un grandísimo campo donde hacer conciertos importantes, con cantantes y grupos alucinantes. Falta una biblioteca donde puedas encontrar todos los libros, un cine con muchísimas salas que ponga desde las películas que le gustan a todo el mundo hasta las películas raras que ve mi madre. Falta un carril bici más largo y que alcance más distancia, más calles peatonales o zonas verdes. Sobran coches y tiendas en cadena o gente hiperconsumista. Faltan hombres para ciertas mujeres y mujeres para ciertos hombres. Hay parejas perfectas y casos que duele mencionar. Injusticia y justicia en la misma mano. Manos derechas que pesan más que sus propias cabezas, comunistas, inconformistas y desentendidos de la política. En mi ciudad hay todo tipo de zapatos y peinados, pero no hay una peluquería con un peluquero archiconocido. Aquí hay mañanas en las que huele a la mierda y/o derivados de la refinería, pero tampoco es horrible como el olor de la fábrica de celulosa de Pontevedra. En mi ciudad no hay muchos lugares por descubrir, ni muchos descubiertos. El nombre de mi ciudad tiene un artículo delante que crea polémica, “A”, “La”, lo próximo será “The”.

Pero con mi ciudad ni media, mi ciudad mola, neno. Mi ciudad es “Coruña”. A mí me da igual el artículo siempre que sea la misma ciudad donde nací.

Flashing lights.

La felicidad no se basa solo en conseguir sonreír. ¿No? Es decir, es más como sentir, ver y oír. No solo un rollo que gira en torno a un chico, una chica y un amor desenfrenado. Incluso podría decirse que si solo fuera eso sería una mierda. La felicidad es como estar en éxtasis, como girar y girar y girar sobre ti mismo mientras ves pasar miles de imágenes, sonidos y olores.

Todo da vueltas, y está oscuro, seguramente sea de noche. Hay mujeres con los labios pintados de rojo y sombra de ojos azul, luces de neón, esos circulitos que aparecen en las fotos nocturnas mal enfocadas, humo, gente gritando como si estuviera empezando Use somebody de Kings of Leon, pasos, ruido de tacones, miles de personas levantando las manos mientras las luces parpadean, unos dientes que brillan por la luz ultravioleta de un pub, un beso, unas piezas de hielo a punto de consumirse en una bebida ya caliente, una puerta que se abre y deja ver una cara bonita, sentirse como si caminaras solo y te pusieran una banda sonora personal, dar vueltas con los brazos extendidos igual que los niños pequeños cuando llueve y no tienen paraguas. Sigues gritando y girando, la música para, las luces de neón se funden, las mujeres maquilladas se alejan con ruido en los pies, la gente baja los brazos y deja de bailar.
Abres los ojos, te molesta la luz, ya es de día. Pues esto, todo esto, también es felicidad.