Me equivocaría otra vez ~Fito&Fitipaldis

Se torció el camino, tú ya sabes que no puedo volver, son cosas del destino, siempre me quiere morder. El horizonte se confunde con un negro telón. No puede ser, ¿cómo decir que se acabó la función? Ha sido divertido, me equivocaría otra vez. Quisiera haber querido lo que no he sabido querer. ¿Quieres bailar conmigo? Puede que te pise los pies. No soñaré sólo porque me he quedado dormido, no voy a despertarme porque salga el sol. Ya sé llorar una vez por cada vez que río. No se restar, tu mitad a mi corazón. Puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué. Perderse por los bares, donde se bebe sin sed. Será más divertido cuando no me toque perder. Sigo apostando al cinco y cada dos por tres, sale seis.

sábado, 5 de marzo de 2011

Cartas de él para ella.


París 28

Amor mío recibí tu carta, ya te creo en camino, tu sabes mejor qué hacer. Apenas estés de fijo en alguna parte comunica oficialmente tu dirección, yo te escribiré enseguida. Pienso en ti cada noche, cada mañana, cada día, en nosotros. No descartes el viaje a Venezuela, en todo caso está arreglado que recibirás ayuda de allí cuando sea necesario. Tendría mucho que decirte, pero, ¡qué inútiles son las palabras! Luego te escribiré más largo porque he venido al correo, y en medio del torbellino de gente que pasa a mi lado sólo tengo tiempo para darte el beso que te mereces, valiente mujercita mía, el beso más largo,más dulce, el que se quede en tu boca para siempre.
Te quiere,
P.


-Esta carta la escribió Pablo Neruda, un día 28 desde París, se desconoce el año y el mes. Está dirigida a Matilde Urrutia, un amor de los múltiples que tuvo, pero el más intenso, al parecer.
Toda la historia es bonita. Incluso el día que se conocieron, según he leído en libro, es fantástico.
Matilde, de hecho, lo relata en sus memorias:

"Estábamos sentados y, entre nosotros, Blanca Hauser, mi amiga del alma. Miré a Pablo de perfil y me pareció que jamás había visto ojos iguales a los suyos. Le pregunté a Blanca quién estaba a su lado, y me contestó "¡Ignorante! Es Pablo Neruda." Lo miré con más detenimiento, ¡que ojos tan curiosos, si parece que miran hacia dentro! Siento deseos de que me mire a mí. En ese momento vuelve la cara, me mira, yo lo miro. Al poco rato habla algo con Blanca. Después, ésta me dice, por lo bajo: "Pablo me ha preguntado que quién eres tú." Estaba llena de felicidad, y a mi memoria venían sus versos, sus poemas que yo había leído. Cuando terminó el concierto en el parque, nos invitó para el día siguiente a su casa, a la hora del té."

No se vosotros, pero yo sinceramente, no tengo valor para decir que alguna vez me he enamorado de verdad tras leer todo esto. Bueno, seguí leyendo el libro.. (por cierto, contiene sólo cartas de amor, no sus poemas, pero es que son preciosas, ¡de veras!) y más adelante, en otra de sus cartas, concretamente en una del 26 de octubre dice hacia el final:
"Yo pienso en ti dñia y noche, noche y día, amor mío, dulce mía, y no se si te quiero pero te quiero."

Simplemente incomparable, ¿No habrá un pequeño Neruda, de mi edad, perdido mundo adelante?




5 comentarios:

  1. Busca, busca...pequeños Nerudas. Si lo buscas, lo conseguirás, después de varias aproximaciones!!
    Esto es un poco, como lo que me decía a mí mi madre: -Hija, pero si los príncipes azules no existen.
    Yo no puedo dejarte un mensaje tan desolador

    ResponderEliminar
  2. Lo sé! Deberías leerlas todas, conmueven! :D

    ResponderEliminar
  3. Yo no encontré mi Dulce Maria Loynaz que me dijera "...si me quieres no me recortes, quiereme entera o no me quieras...", pero soy enormemente feliz.

    Todos llevamos un pequeño Neruda escondido en el corazón.

    Besos bonitos

    ResponderEliminar
  4. Tienes razón, yo no he encontrado el mío y soy feliz. Pero lo sería incluso más si lo encontrara! :)

    Un beso.

    ResponderEliminar